El contexto político de este periodo estuvo marcado por las consecuencias de la profunda crisis del gobierno de Fujimori y el reencauce democrático del país con cuatro gobiernos electos en medio de un contexto económico favorable que permitió el financiamiento de diversas políticas públicas y la expansión de la clase media peruana, así como la reducción de la pobreza. La regionalización del país fue una de las políticas que estaban destinadas a una mayor descentralización y a la transferencia de funciones antes concentradas en el gobierno central; sin embargo, este fue un proceso complejo que no terminó de representar cambios más significativos en la desburocratización de las políticas públicas. 

La concepción de la escuela

La promulgación de una nueva Ley General de la Educación, dada en el año 2003, creó un ambiente propicio para el desarrollo de concepciones sobre la educación básica y la escuela peruana. Esta norma, finalmente, propuso la educación como un derecho, donde la formación ética y cívica cobraron gran importancia. A ello se agregaron diversos principios que deben fundamentar la educación como la equidad, inclusión, interculturalidad y conciencia ambiental.  A su vez, la ley refuerza la concepción de “sociedad educadora que redefine la relación entre Estado y sociedad y que considera a ambos como responsables frente a la educación” (Muñoz, 2017).

Así mismo, la elaboración de un Proyecto Educativo Nacional (PEN) durante el 2006, a cargo del Consejo Nacional de Educación, también significó un momento clave para los planteamientos de diversos actores sobre la escuela peruana y su futuro. EL PEN logró plantear una conceptualización de la educación básica desde una concepción sobre el desarrollo humano retomando los aportes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La inserción de los llamados temas transversales en los currículos escolares de ese periodo representa una concepción de la escuela como un espacio abierto y flexible para formar a las futuras generaciones en relación con cuestiones controversiales y socialmente significativas, como el tema de género, derechos humanos, pluri-interculturalidad, incluidas en la mayoría de los currículos. 

Tabla 9. Temas transversales en cuatro normas curriculares del Perú (1999-2016)

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Fuente: Sime, 2016 p. 21

La gestión de las escuelas

Este periodo vio un crecimiento en propuestas de planes y proyectos estatales de mediano y largo plazo a nivel nacional y regional para mejorar y regular la educación escolar en el país. Algunos de ellos, de carácter estratégico, fueron: el Plan Nacional de Educación para Todos 2005-2015 (Ministerio de Educación, 2005) y el Proyecto Educativo Nacional al 2021 (Consejo Nacional de Educación, 2007). La evaluación de este último (Consejo Nacional de Educación, 2019) identificó que durante el periodo 2007-2021 hubo avances, estancamientos y retrocesos en la gestión educativa escolar. Si bien se elaboraron los documentos mencionados y otros similares, estos no tenían el carácter de vinculantes que hubiesen exigido a los diversos gobiernos a ejecutar los cambios para una educación de calidad. 

Durante estos años, la escuela fue entendida como una unidad susceptible a evaluaciones estandarizadas, las cuales permiten identificar periódicamente el estado de los aprendizajes de los estudiantes asociados a estrategias de estímulos para las mismas escuelas, siendo esto último cuestionado por diversos actores (León, 2017). Con antecedentes de evaluaciones muestrales a nivel nacional en el 2001-2004, desde el 2007, el Ministerio fue sistemáticamente aplicando anualmente dicha política a través de las Evaluaciones Censales de Estudiantes (ECE) en determinados grados de la educación primaria y centrada sobre todo en las áreas de lectura y matemáticas. Además, se seleccionaron escuelas para la aplicación de diferentes pruebas internacionales como las de PISA desde el 2001, cuyos resultados generaron fuertes impactos mediáticos sobre la debilidad de la calidad de la educación básica en el país. Junto a estas evaluaciones, desde el 2011, el Estado peruano, a través del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), logra implementar cada año la Encuesta Nacional a Instituciones Educativas (ENEDU), que informa sobre diversos aspectos de gestión e infraestructura de las escuelas. 

Gráfico 1. Evolución de los resultados de la ECE en matemática de segundo grado de primaria (porcentajes).

Fuente: Eguren et al.2022, p. 130

Con respecto al gasto en educación, en términos de PBI, este no ha mostrado cambios considerables: de 2.6% en el 2000 a 2.9% en 2012 (Jopen et al., 2014), aunque en el 2015 asciende a 3.6% y representaría poco más del 16% del gasto público total, el mayor durante toda una década, como se aprecia en el siguiente gráfico. 

Gráfico 2. Gasto Público en Educación como porcentaje del Gasto Público Total (GPT) y del Producto Bruto Interno (PBI)

Gráfico, Gráfico de barras, Histograma, Gráfico en cascada

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Fuente: Minedu, 2017, p.74

En este periodo se consolida el crecimiento de las escuelas privadas, como demuestra Balarín (2107, p.15): “entre el año 2000 y el 2016, la matrícula en educación básica privada casi se duplica y pasa del 15% al 26% de la matrícula total a nivel nacional”. Con respecto a la gestión del tamaño de las secciones primarias, en el sector público, para el 2016, era de 25 estudiantes y, para el sector privado, el tamaño es de 10 alumnos menos (Guadalupe et al., 2017). 

Quiénes estudiaban

Un aspecto para destacar es la evolución de la educación inicial para niños de 3 a 5 años, mostrándose un aumento significativo de la tasa de asistencia, pasando del 62% en el 2006 al 81% en el 2015 y en el 2019 a más del 90% (INEI, 2020). En el mismo sentido ha sido la trayectoria de la educación secundaria cuya tasa de asistencia en el 2006 era de 74% y en el 2015 de 83% (Minedu, 2017). 

A pesar del crecimiento notable del acceso a la escolaridad, todavía perduran brechas en el acceso y mantenimiento en la escuela para determinados sectores de mayor vulnerabilidad. Así, en el 2016, para el sector rural, el porcentaje de matriculados oportunamente en educación primaria (en el grado que les corresponde por norma de acuerdo con su edad) era de 64%, mientras que para el ámbito urbano era de 77%, es decir 13% más; una diferencia similar ocurre en el caso de la educación secundaria (Guadalupe et al., 2017).  

En el gráfico siguiente se resumen los contrastes en la evolución de la conclusión de la educación secundaria durante el quinquenio del 2015-2019, sistematizado por UNICEF, donde los factores relacionados con la situación social, la raza y la ubicación geográfica muestran la mayor disparidad y, en menor medida, el factor del sexo de los estudiantes.

Gráfico 3. Evolución de la conclusión de la educación secundaria durante el quinquenio del 2015-2019

Fuente: UNICEF,2021, p.34

Fuentes primarias

Referencias