Desde 1849 hasta 1913, aproximadamente la mitad de los migrantes chinos que llegaron a Perú eran niños. Muchos de ellos vinieron con el propósito de ser empleados como mano de obra y, por lo tanto, no requerían pasaporte. Con el fin de regular el flujo de menores de edad, el gobierno peruano estableció una serie de procedimientos. En este sentido, en diciembre de 1913, se emitió una orden que restringía la migración de niños únicamente a aquellos que estuvieran acompañados por sus padres o hermanos mayores.
En la ciudad de Lima, la comunidad china llevaba a cabo gestiones con el objetivo de establecer una institución educativa que garantizara el desarrollo socio-cultural de sus hijos. En este contexto, en 1882, la Sociedad de Beneficencia China remitió un Estatuto a su embajador residente en Washington, en el que manifestaron su interés en la creación de una escuela.
En 1888 se inauguró la Escuela China Peruana, que es considerada el primer colegio en América destinado a los hijos de migrantes chinos. Este establecimiento contó con la participación de destacadas personalidades de la sociedad limeña, entre las cuales se encontraba Ricardo Palma, quien desempeñaba el cargo de Director de la Biblioteca Nacional. La enseñanza ofrecida se centraba en el nivel de educación primaria y comprendía la instrucción en la lengua china, con el propósito de que los estudiantes mantuvieran su vínculo con sus raíces culturales. Aunque no se tiene certeza acerca de la ubicación exacta de este primer colegio, se presume que estaba situado en las instalaciones de la Beneficencia China.
La Asociación de Damas Católicas de la colonia China fundó en 1924 el colegio peruano chino «Chung Wha». Esta institución obtuvo una Resolución Oficial emitida por el Ministerio de Educación Pública el 12 de agosto de 1924, estableciendo su sede en los altos de la calle Hoyos 605 (actualmente Jirón Paruro 823, donde se encuentra la sede de la Beneficencia China). Dos años después de su creación, el colegio ya contaba con 110 estudiantes varones y ofrecía clases tanto en idioma chino como en castellano.
En la década de 1930, surgió otro importante centro educativo dentro de la comunidad china conocido como el «Centro de Cultura». Este centro tenía un enfoque particular en la educación de señoritas, además de ofrecer clases de chino, también se enseñaba inglés. Además de la instrucción académica, el «Centro de Cultura» llevaba a cabo diversas actividades, incluyendo quermeses y representaciones teatrales.
En 1934, como respuesta a las demandas planteadas por la comunidad china, se estableció una Comisión de Reorganización del colegio Chung Wha. Para liderar esta nueva etapa, se eligió a Gabriel Acat, quien también desempeñaba el cargo de director de la Revista Oriental. Entre las acciones emprendidas bajo su dirección, destacó la creación de una biblioteca escolar que funcionaba en horario nocturno y estaba abierta al público en general.
Además, se llevaron a cabo diversas mejoras, como la contratación de más docentes, la ampliación del número de becarios, la renovación de las instalaciones escolares y el mobiliario, y la adquisición de material educativo. El colegio contaba con un total de nueve aulas.
En 1935, se fundó la escuela El Progreso San Min, una institución de carácter mixto y de acceso gratuito. Esta escuela recibió apoyo del Kuo Ming Tang, un partido nacionalista chino fundado en 1911, cuya sede se encontraba en la cuadra 8 del Jirón Junín, precisamente el lugar donde funcionó este colegio.
A mediados del siglo XX, la preocupación por la sobrepoblación en ambos colegios inquietaba a la comunidad china. Como respuesta a ello, se tomó la decisión de fusionar ambas instituciones, lo que dio origen al actual Colegio Peruano Chino «10 de octubre». Este nuevo local se construyó en un terreno de 20,000 metros cuadrados, ubicado en el distrito de Breña.
La creación de esta institución educativa se formalizó a través de la Resolución Ministerial No. 18109 del 26 de septiembre de 1962. A través de ella, la nueva escuela recibió el nombre de «Escuela Mixta Particular Diez de Octubre», en conmemoración de una de las fechas más significativas en la historia del pueblo chino: el levantamiento de Wuchang, que marcó el inicio de la China Moderna.

Se inauguró con 280 estudiantes en los niveles de primaria y secundaria. El aporte de la colonia china permitió la expansión de la infraestructura con la construcción de más pabellones, incluso habilitando alojamiento para estudiantes de provincias en forma de un internado. Además, se erigió un auditorio. Posteriormente, se creó un pabellón infantil destinado a niños de 4 y 5 años, decorado con coloridos diseños orientales. Le siguieron la edificación de amplios y hermosos pabellones con arquitectura china. En la década de los años 80, se construyó una sede adicional del colegio en el distrito de San Miguel y una nueva sede en Chiclayo. En la década de los años 90, se edificó el Centro de Esparcimiento en Cieneguilla, que sirve como punto de encuentro para los estudiantes y la comunidad china en general.
El Colegio Peruano Chino Diez de Octubre se distingue por su enfoque en la educación de estudiantes de ascendencia china. Continúa enseñando la lengua china, la filosofía de Confucio y preserva las danzas tradicionales, incluyendo la Danza del Dragón y la Danza del León.
Página Facebook: Memorias de Papel Colegio Peruano-Chino “Diez de Octubre”
Fuentes
- Chuhue, R.(2016). Capón: El Barrio Chino de Lima. Ed. Municipalidad Metropolitana de Lima.
- Garro Gomero, W. (2012). El Colegio Peruano Chino 10 de Octubre. En R. Chuhue, L. Jing Na y A. Coello (Eds.), La Inmigración China al Perú: Arqueología, Historia y Sociedad. Universidad Ricardo Palma, Instituto Confucio Editorial Universitaria.
- McKeown, A. (1996). Inmigración China al Perú, 1904-1937: Exclusión y Negociación. Histórica,1, 59-91.
- Sitio web del colegio: https://www.acepdiezdeoctubre.edu.pe/
Foto de portada: Página Facebook: Memorias de Papel Colegio Peruano-Chino “Diez de Octubre”
Texto basado en el estudio de Canal Museal. Edición final: Luis Sime